hoy mientras caminaba por la calle Larralde vi un yuyo. y ahí nomás sobre el pucho me acordé de las flechitas. las flechitas eran un yuyo cuyo nombre científico nunca supe y que constaba de un penacho que se movía en el viento del verano que era como un carcaj lleno de las citadas flechitas un palito vegetal con unas puntas mínimas como de anzuelo tambien vegetal que si uno las tiraba se clavaban en el pulover del que tenías adelante (no debía ser el viento de verano tonces). Después estaban los arbolitos.que aparecían misteriosamente en la vereda sin saberse de donde salian, yo los cmnparé varias veces con otros yuyos secos para ver si encajaban pero no me acuerdo si lo logré saber . despues estaban los panaderos que todos sabemos que sale del cardo. despues estaba la vinagrilla que era un yuyito al que si le mordías el tallo salía un juguito que se chupaba y tenía sabor a vinagre. Después (o antes) aprendí en mi cuarto grado ciertas virtudes nutricionales de las sagitarias que tienen hojas aéreas y sumerguidas y cuyas raíces con un buen hervor se podían comer al igual que las raíces de cardo y los hinojos. Darme cuenta que podía vivir de eso y comer bichos del mismo campito me dio bastante paz ya que me aseguraba la sobrevivencia más allá de las circunstancias económicas de la sociedad, se ve que estaba basante preocupado por poder sobrevivir. Ademas mi papá me había dicho que si mataba a un animal para comerlo no estaba mal matarlo.
con el tiempo me di cuenta que los nombres que le dábamos a ciertas plantas o animales no eran los nombres "verdaderos" de las cosas ya que se los dábamos nosotros para entendernos y distribuir el conocimiento pero que si le decías a una persona de otro pago "vinagrilla" quizá no le estaríamos diciendo nada. De pronto uno se daba cuenta que había como una jerarquía de nombres ya que algunos de ellos sí eran reconocidos por los adultos de diferentes ámbitos por ejemplo el jazmín del pais, la madreselva, la yuca.
Por otro lado uno también reconocía esta propia ignorancia por los nombres reales en personas adultas de nuestro entorno . También la necesidad de algunas de estas personas adultas en sostener frente a los demas a capa y espada la validez de determinada denominación para las cosas. Como aquel profesor de herrería y moldeo que se inflaba de orgullo cada vez que uno decía cortafrío en vez de cortafierro como él nos había logrado transmitir, o mi mamá que se preguntaba cada vez si esos serían higos de tuna que una vez había probado en no me acuerdo donde.
El marido de mi prima, cuando estudiaba agronomía iba con un compañero nombrando las plantas que salían a su paso el cual fue el único interés que me despertó alguna vez la carrera de agronomía.
mi hermano tambien cuando estudiaba bioquímica contó de unas jornadas que hacían en costanera sur recogiendo plantas medicinales dentre el yuyal y alguna vez fuimos a juntar hongos que no consumimos por las dudas de no estar seguros.
los coquitos, el cafeto, el ricino, los cardos que decían que si tenía la hoja como camuflados eran venenosos, las araucarias que me habían dicho que era un árbol de cuando había dinosaurios, como se llamarán? como homenajearlos adecuadamente y que todos sepamos de que estamos hablando?
lo mismo con el bicho bolita, con el ciempies que no era el que salía en las enciclopedias (nada era en la foto de la enciclopedia como era en mi casa, mi realidad parecía como una segunda marca de la realidad de la enciclopedia) el tata dios, el gusanito ese que ví una vez que tenía dos lineas longuitudinales y paralelas de luz verdosa a los costados del cuerpo (todo a lo largo) y que yo no sabía como retener esa maravilla. que habría que darle de comer por ejemplo? que cosas le gustaban y le disgustaban . Luego de la contemplación (ni cámara de fotos digital había) o de tenerlo un rato en un frasco lo soltaba en el mismo lugar que lo había encontrado.
Voy a ver si encuentro imágenes de estas plantas y a dormir que es reeeetarde y mañana tengo que madrugar.
chi vidiamo!
http://www.cienciahoy.org.ar/hoy49/malez01.htm
2 comments:
yo me acuerdo de las "bichocolorado" que son unas que ahora vos tomás té... Manzanilla!
Sabes que quise poner en el gato dorado algo, pero lo escribi y no sabía como enviarlo, así que te lo mando por aquí.
Era sobre los higos de tuna. Cuando era chica, vivía en Bahía Blanca, donde el clima es tan seco que una de las cosas verdes que había en las casas y en los baldíos eran las tunas, esas de hojas, carnosas y grandes. En una esquina, un baldío muy grande, al lado de mi casa había muchas. Cuando maduraban los higos de tuna, los sacábamos con un papel para no pincharnos con las espinas, con un cuchillo les cortábamos los dos extremos y le hacíamos un tajo de punta a punta, ahí sacábamos el fruto que lo comíamos entre todos. El sabor era parecido al Kiwi.
Qué lindo tiempo, el de la niñez, velay yo no se para que pasará, como decía el cantor.
Besos de tu mamá.
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