un día me dí cuenta que todo estaba en ruinas. había parado en la estación Sarandí . una especie de barco de cemento elevado sobre un mar de fábricas cerradas y un arroyo inmundo. esa estación era desmesurada para la gente que bajaba y subía al tren.
Toda ruina es el resto de algo que fue funcional. En que momento había sido funcional esa estación, con que gente se habían llenado las calles.
Fijándome mejor fuí viendo esa calidad de ruina del pais que me rodeaba. Yo era adolescente y aunque enterado de la realidad histórica, no tenía la perspectiva necesaria para entenderlo cabalmente. pero la intuición, una melancolía al nivel del plexo, me hacía sentirlo.
Fui a lo de mi amiga Liliana Ríos y le pregunté, como antes le había preguntado sobre la lengua original de los indoeuropeos. Me recomendó que leyera EL 45 de Felix Luna.
Ahora pienso que en ese momento podía reconocer esa sensación de ruina, esa nostalgia de una gloria pasada que no había vivido porque en mi casa, con mi familia, había pasado una cosa similar.
Yo era diez años menor que mi hermano gustavo, doce de mi hermano jorge
y treinta de mis viejos.y ellos habían pasado momentos de esplendor (y también de pobreza) antes de que yo naciera y había una suerte de nostalgia del paraíso perdido en la que yo estaba imbuído pero como sin derecho pleno a esta nostalgia.
con el pais, con mi pais triste de trenes amarillos y rojos, mi pais facho, mi pais azul del que también estaba lleno , con su himno, sus libros de lectura su fulbito, tambien me empezaba a pasar lo mismo.
4 comments:
me dió mucha sensación de vacío tú post
estás arruinado, primo! ahora me toca a mi. Pero mientras, lee mi blog y comentamelo que te lo requeterecontresuper actualicé
chau
chan chan!
te escribiste un tango re triste!!!!
es tal cual. tus retazos tirados por el ciberspace son olvidos. mira que he comentado, pero es como si no.
chau!
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