Me mandan a comprar gelatina. Gustavo me advierte que tiene que ser de cereza, porque es la más rica. A todos en casa les gusta la de cereza. Yo veo en los estantes del almacén del centro comercial las cajas de colores y sabores diferentes. En la tele están dando la propaganda de gelatinas exquisita y hablan y dramatizan a una familia de clase media en cuya casa se hace la gelatineria y ponen gelatina de diferentes sabores en cucuruchos de helado y la comen de ahí. Uno quiere eso de la vida, no sabe todavía que "eso" es ser de clase media. Sobre si nosotros somos de clase media hay entre nosotros opiniones encontradas.
Mi viejo dice que somos de clase baja, eso deja sin resolver por qué no somos como los de torres o los Martínez que no tienen libros y que son como diez viviendo en una casa de tres habitaciones; mi vieja dice que somos de clase media: eso deja sin resolver por qué no somos como los de Díaz que van a escuelas privadas, no tienen libros en la casa, y se van de vacaciones a mar del plata.
Intento alguna vez comprar de naranja, el gusto es vago, no es definido y nunca más compro otro gusto que no sea el de cereza. Otra de las indicaciones es que sea tamaño doble.
Me hace acordar carolina que en un principio venían adentro dos sobrecitos, ocho porciones. El flan, la gelatina y el helado hay que comprarlo de tamaño doble. En casa somos cinco. Las compoteras son de plástico azul traslucido, después esas son donadas a la escuela número treinta y nueve y adquirimos unas de plastico opaco naranja en la era del plástico opaco naranja. Los platos son de plástico opaco naranja están diseñados para camping o picnic y tienen un sobre borde, y parecen siempre restos de alguna otra cosa, como una tapa de un gran frasco gigante.
La gelatina, las ocho porciones de gelatina se preparan en una lechera de aluminio y después se vuelca, con cuidado, en las ocho compoteras que ocupan la mesada. Después pasan a la heladera o al congelador, pero si se pasan en el congelador quedan cristalizadas y cuando se pone a temperatura ambiente no toma su forma gelatinosa sino que deriva en un líquido sin mucha gracia, but con el sabor intacto.
Este liquido esta bien para hacer un trago entonces, ponemos cubitos en un vaso y echamos el liquido pero ya el liquido esta aguado y no tiene la intensidad de sabor deseada.
Otra modalidad es preparar la gelatina en la lechera y luego ponerla en una asadera de vidrio pero al servirla se rompe con la elegancia y la calidad hialina de la gelatina y todo es una mása con mucha refracción de la luz pero no se puede sentir en la boca la textura de linóleo, romper la tensión de esa superficie con el filo nuevo de los dientes.
Hay sólo una multitud de pequeños fragmentos indefinidos a los que se les van redondeando los bordes y volviéndose babosos.
Mientras la gelatina se hace hay que esperar. Hace poco entendí todo por una frase de karlos arguiñano que decía que el postre es lo primero que se prepara así ya está listo cuando uno termina de comer. La espera mientras todos duermen la siesta o miran televisión en otro ambiente, es insufrible sobre todo porque uno no tiene otras cosas que hacer ni otra cosa en mente que eso que se está endureciendo en la heladera. Cada tanto hay que ir y espiar pero como constatar la dureza de una gelatina sin tocarla mantiene siempre esa limpidez del líquido. Y cuando uno la toca y esta liquida no hay problema, lo mismo si esta lista pero si esta en ese limbo intermedio es el desastre porque la parte sometida a la más minima presión de un dedo queda marcada y es aunque la prueba de un delito, el hecho que demuestra que la impaciencia puede arruinar muchas experiencias hermosas y perfectas.
Cuando la gelatina está lista y se preparo en la asadera de vidrio hay que ser el primero en atacarla tratando que lo queda en la asadera sea impoluto al mismo tiempo que la porción de nuestra compotera lo este otro tanto., si en, cambio, se preparo en moldes individuales hay que fijarse muy bien en las características de cada uno, evitar el de la marca del dedo probador de consistencias, y el torcido por la inclinación del heladera. Hay que buscar uno, el más lleno el más redondo, y el más durito. Uno puede preparar estas características previas, pero siempre intervienen factores ajenos a uno, para una gelatina perfecta sería menester vaciar la heladera de todo lo que allí junta el tiempo, desinfectarla y poner los moldes en lugares estratégicas, mas esto es imposible. Entonces elegid bien lo que van a comer .en una familia de cinco contar con ocho porciones es un ejercicio de control y de equidad.